Frase de la semana
Mi vida se volvió tan ruidosa que tuve que estar en silencio para poder oírme. GaTo
miércoles, 9 de septiembre de 2009
Observar...
El observar es una de las grandes facultades que tenemos los humanos, sin embargo no la sabemos aprovechar, pues muchas veces dejamos de ser observadores, y comenzamos a hacer las cosas mecánicamente, no observamos lo que sucede a nuestro alrededor y no nos damos cuenta ni lo que hacemos nosotros mismos. Esto nos afecta mucho a si no nos demos cuenta, pues dejamos pasar oportunidades que nos podrían significar un mejor futuro, oportunidades que podrían cambiar nuestro destino, oportunidades que tal vez no se vuelvan a presentar.
Cuando volvemos a observar como suceden las cosas a nuestro alrededor, no tenemos en cuenta que para ser un buen observador primero nos debemos observar a nosotros mismos. A veces nos asustamos pues asimilamos lo que estamos viendo con experiencias pasadas, muchas de las cuales nos hicieron daño, y creemos que tenemos que actuar de la misma forma con la que actuamos antes, no nos damos a la tarea de ponernos a pensar en una mejor solución, pues como la situación ya la conocemos, actuamos según nuestras experiencias pasadas. En este punto dejamos de observar, dejamos de pensar y nos volvemos un robot que según la situación sabe como actuar, nos volvemos personas mecánicas.
Un ejemplo podría ser una mujer que es su pasado amo y quiso a un hombre, pero que dicho hombre le hizo daño, y que después de esto, esta mujer se dijo a si misma que no amaría a nadie mas, pues no quería sufrir nuevamente. Así que cuando se le presentaba la oportunidad de querer a alguien, ella comenzaba con el ejercicio de observar, pero cuanto más observaba, mas recordaba su pasado y mas se llenaba de miedos. Incluso llegaba a imaginar cosas, imaginaba lo que podría estar pensando el hombre, en base a sus experiencias vividas, y veía en él lo que no era, veía lo que ella quería ver, se volvía ciega, pues ya había dejado de observar.
Así pasa en nuestra vida, ni siquiera sentimos la brisa que nos rosa cuando pasamos por la calle o el sol que nos calienta en el día, no observamos a las personas con las que convivimos, ni las actividades que hacen, ni siquiera nos observamos a nosotros mismos, pues en muchos casos hacemos las cosas mecánicamente. No estamos pendientes de lo que esta pasando a nuestro alrededor, vamos por esta vida de paso y creemos que tenemos que actuar siempre de la misma forma ante una situación específica.
Por eso los invito a que estemos más atentos a lo que sucede a nuestro alrededor, a que nos observemos nosotros mismo, y así poder observar a los demás. Pero ¿quien los esta invitando?, ¿Quien soy yo?... Simple, soy una persona que esta más atenta a lo que pasa a su alrededor, alguien que aprendió a observarse a sí mismo y a observar a los demás, pues para conocer a los demás primero se necesita conocerse a uno mismo, alguien que analiza las situaciones y actúa, pero que no actúa siempre de la misma forma pues sabe que por mas parecidas que sea las situaciones de la vida, no podemos asimilar lo que nos sucedió en el ayer con lo que nos sucede en el presente, Alguien que aprende de lo que observa y que a diario lo pone en practica. Así que esa es la invitación, conozcamos a nosotros mismos y a los demás atreves del simple ejercicio de observar.
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